En el Congreso Latinoamericano de Movilidad Eléctrica, celebrado recientemente en Costa Rica, se expusieron los beneficios económicos y operativos de la incorporación de vehículos eléctricos en flotas comerciales.
Esta se presenta como una conversación necesaria dado que la transición a vehículos eléctricos no solo reduce costos operativos sino que también mejora la eficiencia y sostenibilidad en la cadena de suministro.
A continuación revisaremos dos casos de éxito en la incorporación de flotas de vehículos eléctricos, desde livianos a pesados. Los números son impactantes lo que ya saca de temario las limitaciones tecnológicas, pero aún así conoceremos cuáles son las necesidades.
Beneficios económicos en el uso de vehículos eléctricos en flotas
Felipe Reyes, director de logística y transporte de Ingenio Cutris, destacó la experiencia positiva en la implementación de camiones eléctricos a la flota de transporte de caña de azúcar.
En términos financieros, Reyes subrayó que la inversión inicial se recuperará en tres años, un retorno atractivo para cualquier empresa.
«El ahorro en costos de operación, especialmente en mantenimiento y combustible, es significativo», explicó.
Para ponerle números, el uso de vehículos eléctricos permite al Ingenio transportar caña a un costo considerablemente menor: 2,472 colones por tonelada con camiones eléctricos, en comparación con 3,952 colones por tonelada usando camiones diésel alquilados, lo que representa una reducción del 60% en los costos por tonelada transportada.
Un análisis del consumo realizado durante 87 días de operación mostró que los camiones eléctricos recorrieron más de 282,000 kilómetros, evitando el consumo de 169,000 litros de diésel. Este cambio generó un ahorro de 93 millones de colones y permitió reducir en 462 toneladas las emisiones de CO₂.
Además, destacó una estrategia emergente: fuera de la temporada de cosecha, los camiones se utilizan para servicios de transporte a terceros, lo que potencialmente reducirá el periodo de retorno de la inversión a menos de tres años.
Desafíos y estrategias de implementación
Actualmente, Bimbo cuenta con casi 300 vehículos eléctricos en operación en la región «Latin Centro» (que abarca nueve países como Colombia, Ecuador y Panamá), lo que representa el 10% de su flota total. Costa Rica destaca como el país líder en este cambio, con un 20% de su flota de distribución ya electrificada.
Sin embargo, el verdadero reto no radica en la tecnología, sino en los obstáculos regulatorios. Según Boris Baracaldo, director de logística para Latin Centro de Grupo Bimbo, la falta de políticas públicas coherentes y el escaso acompañamiento gubernamental son las principales barreras que impiden una adopción más acelerada de la movilidad eléctrica.
Vale mencionar que uno de los retos operativos al integrar vehículos eléctricos en su flota fue la infraestructura de carga.
«Nuestra matriz energética no soporta la simultaneidad de carga para 40 o 50 vehículos, por lo que hemos implementado estrategias alternativas, como el uso de kits de baterías de menor capacidad para rutas específicas», señaló Baracaldo.
El temor inicial, tanto de los operadores como de los supervisores, se fue disipando con el tiempo. Baracaldo explicó que aunque se han reducido costos de mantenimiento —debido a la eliminación de aceites y piezas de repuesto— todavía enfrentan barreras internas en la operación diaria.
«La electromovilidad ha dejado de ser una prueba piloto para convertirse en una necesidad y una oportunidad de negocio rentable», afirmó el ejecutivo de Bimbo, haciendo un llamado a la colaboración entre el sector privado y los gobiernos para superar las barreras normativas.
Impacto en pequeñas y medianas empresas
Marco Tomassino, presidente de la Asociación de Movilidad Eléctrica de El Salvador (ASOMOVES) abordó la tendencia creciente en El Salvador, donde pequeñas y medianas empresas (MiPyMES) están comenzando a explorar la movilidad eléctrica como una alternativa competitiva.
«El interés se ha incrementado significativamente en el último año, especialmente entre las empresas que buscan reducir costos de operación», indicó Tomassino. Según él, la falta de oferta local de vehículos eléctricos utilitarios sigue siendo un obstáculo, aunque se espera que esto cambie pronto con la llegada de nuevos distribuidores al mercado.
Tomassino también destacó un efecto multiplicador: grandes compañías como las mencionadas anteriormente han comenzado a electrificar sus flotas, sirviendo como ejemplo para que las MiPyMES sigan el mismo camino.
«Estos primeros casos de éxito están motivando a otros sectores a considerar la transición hacia la movilidad eléctrica», expresó.