Si bien México ya tuvo experiencias tratando con Trump, hoy está en juego la transición hacia la descarbonización. ¿El sector cero emisiones? Preocupado.
Mark Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Vehículos Eléctricos y Sustentables (ANVES), advierte que las políticas del empresario contra la electromovilidad podrían entrar en conflicto con los planes de Claudia Sheinbaum, la presidenta electa de México, quien hizo de la electromovilidad una prioridad en su agenda.
Aquí, es necesario trasladarse a 2017, año en el que Trump asumió como presidente de Estados Unidos, para entender la problemática.
La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París en 2017, la revocación de normas de seguridad para perforaciones de petróleo y la apertura escasamente limitada a favor de la explotación de recursos naturales fueron algunas de las banderas del expresidente.
Sumado a que el magnate se opone públicamente a la movilidad sostenible, calificando a los vehículos eléctricos como “costosos” y de escasa autonomía. De modo que las proyecciones no serían favorables.
Sus propuestas de campaña se acercan más a eliminar los beneficios y financiamientos para las empresas que producen eléctricos, así como los incentivos para los consumidores.
Una posición que contrasta drásticamente con las políticas actuales de Joe Biden, que fueron favorables para la industria eMobility.
Sánchez entiende que estas medidas podrían afectar a las empresas transnacionales que operan en México, reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense y potencialmente provocando una disminución en la producción y exportación de los 100% eléctricos.
Cabe destacar que Sheinbaum mostró un fuerte compromiso con la electromovilidad, impulsando numerosas iniciativas en su gestión como jefa de Gobierno en la Ciudad de México.
Algo que planea expandir a nivel nacional, promoviendo la infraestructura de carga y el uso de vehículos eléctricos en transporte público y privado.
Aunque, si llegara a ganar el empresario, sus políticas podrían obstaculizar estas decisiones, poniendo a prueba la capacidad de México para avanzar en su agenda hacia una transición energética más veloz.
¿Y el T-MEC?
Es importante señalar en 2026 el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá o T-MEC, enfrentará su primera revisión.
De más está decir que la relación entre los países en la industria automotriz siempre fue clave.
Este acuerdo permitió que los vehículos circulen sin aranceles entre los tres países, con la condición de que el 75% de las autopartes provengan de estos países y entre el 40% y el 45% sean fabricadas por trabajadores que ganen al menos 16 dólares la hora.
“Si Trump gana es fundamental la posición de respeto a las autonomías de las naciones cuando el tratado entre en revisión”, señala el experto eMobility.
Y agrega: “Sabemos que Estados Unidos no es el único mercado que México puede abastecer, tenemos una posición geopolítica importante a nivel internacional”.
Es que la diversificación de mercados hacia Latinoamérica y otras regiones, podría ayudar a México a mitigar los impactos negativos de las políticas proteccionistas de Trump.
¿Cuál es el pronóstico hasta el momento? Según una reciente encuesta de Reuters/Ipsos, Trump tiene una ventaja de dos puntos porcentuales sobre Biden, de cara a las elecciones generales de noviembre.
Biden pro electromovilidad, ¿la mejor alternativa?
En contraste, el actual presidente del país norteamericano, es defensor de la movilidad sostenible.
Por un lado, en 2021, estableció que para 2030, la mitad de los vehículos vendidos en Estados Unidos sean eléctricos de batería, eléctricos de celda de combustible o híbridos enchufables.
Asimismo, durante 2022, la Ley para la Reducción de la Inflación destinó 369.000 millones de dólares para combatir el cambio climático y mejorar la seguridad energética, incluyendo incentivos significativos para que los consumidores estadounidenses compren vehículos eléctricos.
De modo que las metas ambiciosas de Biden, como evitar 7 mil millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono en los próximos 30 años y asegurar que el 56% de todos los vehículos nuevos vendidos en Estados Unidos sean eléctricos para 2032, representarían una oportunidad clave para acelerar la transición hacia la electromovilidad en México.
Fuente: Mobility Portal Latinoamérica