Durante la presentación del cuarto informe sobre movilidad eléctrica en Latinoamérica y Caribe, el presidente de ALAMOS realizó un análisis sobre las capacidades de la región para crear tejido productivo y empleo en la cadena de valor de la electromovilidad.
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) presentó su reporte anual sobre el avance de la movilidad eléctrica en Latinoamérica y Caribe y con un nuevo enfoque ya no solo contempla oportunidades y avances en la demanda sino también en la fabricación.
Uno de los principales actores que contribuyó a su realización es la Asociación Latinoamericana de Movilidad Sostenible (ALAMOS) y sus asociados nacionales.
En ese camino, viene desarrollando estudios técnicos en cuanto a retrofit, infraestructura de carga, conveniencia de tecnología interoperable, modelos de negocio para superar el alto capex y aspectos normativos para la comercialización de energía.
Otro eje abordado es la electrificación del transporte urbano, los buses y flotas corporativas, el reparto en la última milla y soluciones in house para la minería.
En su intervención, Javier Peón, presidente de ALAMOS, sostiene: “Todavía resta mucho por hacer en cuanto a políticas públicas de apoyo, pero ya hay experiencias en la fabricación local de vehículos componentes como Modasa en Perú con el E-Titán Urbano, la boliviana Quantum o las experiencias de ensamblaje y fabricación de componentes en Argentina, Colombia, Ecuador, México y Brasil”.
En tanto, agrega: “Por fin en Latinoamérica somos conscientes de que no solo podemos jugar un rol importante desde la demanda, sino para incorporarnos a la cadena de valor como fabricantes de vehículos eléctricos”.
Otra cuestión que resalta es la apuesta por el retrofit y las conversiones como una solución válida si se acompaña de la normativa que garantice las certificaciones y homologaciones de calidad y seguridad.
Incluso existe una Asociación Latinoamericana de Retrofit que aglutina 20 empresas de Latinoamérica.
“Es una manera de avanzar en la reducción de emisiones en el transporte de manera muy eficiente económicamente. Hay que tener en cuenta que también se producen emisiones cuando se fabrican los vehículos y ya la Unión Europea contempla mecanismos como ajustes para equilibrar con tasas las emisiones de la fabricación de los vehículos fuera de sus fronteras”, afirma el presidente de ALAMOS.
Siguiendo esa línea pone foco en el cambio de paradigma de los modelos energéticos.
“La cadena de valor de un vehículo eléctrico se incorpora a un sistema eléctrico, es un componente de un sistema eléctrico y digital eficiente. En definitiva, es una batería inteligente con ruedas y en ese sentido contribuirá al desarrollo de las energías limpias que necesitan almacenamiento para extender la generación distribuida y microrredes”, explica.
Bajo esas consideraciones, impacta directamente en la eficiencia económica. “La movilidad eléctrica avanzará a buen ritmo no solo por objetivos u obligaciones medioambientales sino porque resulta más eficiente económicamente que otras alternativas. Hoy ya es más rentable que los vehículos a combustión en muchas líneas de productos”, sostiene Peón.
Por otro lado, señala que también se está superando otra barrera clásica: la falta de oferta de producto. En Europa ya se está avanzando y se conocieron anuncios de inversiones como los de Volkswagen que destinará más de 50 mil millones de dólares para fabricar autos eléctricos y más de 70 modelos en 2030 o BMW, que pasará del 8% de su producción de eléctricos actual al 20% en 2023.
Renault también planea invertir 8000 millones en sus modelos eléctricos y fabricar 100.000 unidades de kits de conversión para sus vehículos.
Por otro lado, también el plan español del vehículo eléctrico, que prevé una inversión de 29.000 millones de euros hasta el 2023, de los cuales más de 4.300 millones serán ayudas públicas.
En ese sentido, Javier Peón indica: “La UE ya es líder mundial en venta de eléctrico con 1,7 millones en 2020, frente a los 1,3 de China y muy lejos de los más de 300.000 de EEUU. Latinoamérica tiene que buscar conexiones empresariales y profesionales con ese gran mercado de la UE, que va a destinar más de 700.000 millones a su plan de recuperación Next Generation, y gran parte de ello a la movilidad sostenible y la digitalización”.
Analizando todo ese contexto y línea de trabajo menciona: “Es importante que los gobiernos, sin importar el signo político, establezcan programas de 5, 10 y 15 años y que estén alineados gobierne quien gobierne en cada momento. En Europa se están dando las condiciones que facilitan esa estabilidad para los inversores y alianzas estratégicas y para que Latinoamérica pueda intercambiar mercados nacionales por la capacidad de exportar tecnología, producción y conocimiento”.
Asimismo, resalta que España y Portugal son una extraordinaria plataforma para la entrada de las empresas y profesionales de la electromovilidad latinoamericana en ese gran mercado europeo y ALAMOS va a trabajar para facilitar esas conexiones.
Cabe destacar que el 9 y 10 de setiembre en la cuarta edición del Evento Electrotransporte, que se emitirá desde Lima, estará presente la Asociación Europea de Movilidad Eléctrica (AVERE), con la que ALAMOS mantiene un Convenio de Colaboración que va a intensificarse.
Vale recorar que ALAMOS se fundó en 2018 y hoy en día representa a 11 países con la participación de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (AAVEA), Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (ANDEMOS), Associação Brasileira dos Proprietários de Veículos Elétricos Innovadores (ABRAVEI), a Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE) Perú, Asociación Gremial de Vehículos Eléctricos de Chile (AVEC), Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (ASOMOVE), Asociación de Movilidad Eléctrica Dominicana (ASOMOEDO), Asociación de Movilidad Eléctrica de Guatemala (AMEGUA), Asociación Uruguaya de Energías Renovables (AUDER), Asociación Paraguaya de Vehículos Eléctricos (APVE) y la Asociación Ecuatoriana de Movilidad Eléctrica y Sostenible (ASECMOVEL).
Además, están en proceso de incorporación Bolivia y México. También para el comité de observadores existen conversaciones con entidades de Estados Unidos, Canadá, España, Portugal y Andorra.